¿Qué es eso que llamamos Trabajo Social?

Este texto mezcla un poco lo personal con lo disciplinar. Creo que, sin duda, para muchas personas que estudiamos esta carrera se nos entremezclan ambas cosas al momento de hablar de la carrera ¿Por qué? En ocasiones por la elección de la carrera, y por otro lado con las expectativas que teníamos sobre lo que pensábamos que era el Trabajo Social.

Yo entré a la carrera pensando que el Trabajo Social era una disciplina que trabajaba por un cambio social real, que trabajaba de cerca con la gente, que proponía grandes proyectos sociales y que tenía la capacidad de analizar la realidad desde donde otras disciplinas no podían. Y todo esto resulto ser parcialmente cierto. Pero mi decepción no vino a raíz de lo que puede ser una situación de cualquier otra disciplina, en la que idealizamos sus alcances y después entendemos que material y objetivamente existen límites. Mi decepción mayor vino de ver el cómo se negaba sistemáticamente esta situación: no solamente por mis colegas estudiantes, sino en muchas ocasiones por les profesores mismes. Muchas veces las narrativas que se hacen en torno al Trabajo Social se vuelven irreales y hasta un poco cómicas.

Me di cuenta que había una tendencia a enaltecer la profesión con argumentos muy cuestionables. Todo esto también se ve reflejado en la manera en la que los mismos profesionistas del Trabajo Social se conciben así mismos: a veces enalteciendo la disciplina por encima de las demás y otras veces atribuyendo a nuestras funciones alcances demasiado ambiciosos. Y no es que haya que negar que hay Trabajadores Sociales que despiertan admiración y dan mucho más de lo que se espera de un profesionista, pero esto no es algo que caracterice sólo a nuestra disciplina: también hay antropólogos, educadores, sociólogos, filósofos que entrarían en esta misma categoría. Resumiendo: ser trabajador/a social en sí mismo no nos hace más loables, ni carismáticos, ni empáticos, ni capaces ni competentes pero muches colegues se aferran a seguir pensándolo así.

Mi trabajo de tesis y mi proyecto de maestría se centran en este tema. ¿Qué rayos es esto que denominamos Trabajo Social? Hay varias definiciones, algunas bastante ambiguas y amplias que dejan la demarcación de la disciplina a criterios de cada quien -propensos gracias a ello a caer en la "todología"- y hay otras definiciones que responden a contextos históricos de principios del siglo pasado más cercanos al asistencialismo y lo institucional. Leamos una definición que pertenece al primer grupo:


El trabajo social es una profesión basada en la práctica y una disciplina académica que promueve el cambio y el desarrollo social, la cohesión social, y el fortalecimiento y la liberación de las personas. Los principios de la justicia social, los derechos humanos, la responsabilidad colectiva y el respeto a la diversidad son fundamentales para el trabajo social. Respaldada por las teorías del trabajo social, las ciencias sociales, las humanidades y los conocimientos indígenas, el trabajo social involucra a las personas y las estructuras para hacer frente a los desafíos de la vida y aumentar el bienestar. (Federación Internacional de Trabajadores Sociales)



Una definición bastante amplia, y lo que es problemático: habla de teorías del Trabajo Social sin tener claro si éstas existen y además los conocimientos indígenas, que tienen su legitimidad pero no es algo que por definición sea parte de la disciplina.

Otras definiciones como las de Elí Evangelista que lo denomina un arte me parecen inadecuadas porque parten de la premisa de pensar que el quehacer científico no puede ser creativo, entonces hay que recurrir a la categoría de arte. ¡Pero mi intención no es despertar el placer estético cuando hago una intervención! Planificar, evaluar, operar, claro que son parte de un proceso creativo que todas las ciencias tienen, por más formales que sean, como las matemáticas. (Tan sólo hay que pensar el cómo muchas teorías como la teoría de juegos o las teorías cognitivas de la Inteligencia Artificial han nacido de procesos muy creativos del pensamiento).

En fin, que yo pasé casi toda la carrera frustrado por no encontrarle ni pies ni cabeza al Trabajo Social. Y esto lo digo, no porque el TS no fuese funcional, porque claro que lo es, si no no tendríamos empleo. Sino porque este "arte" terminaba siendo cooptado por las instituciones y convertía a algunos de mis colegas en máquinas operativas que se conforman con seguir un manual de procedimientos, pero que son incapaces de reclamar su propia autonomía disciplinar y tomar más iniciativas o aplicar los contenidos teórico-metodológicos para sus propias estrategias de intervención y a mis colegas que querían hacer algo diferente no podían encontrar ofertas de trabajo donde desplegar sus aspiraciones profesionales.

Yo me empecé a decir a mí mismo: ese trabajo social del que hablan en las aulas es una idealización, en realidad el Trabajo Social NO es eso. Cuando intentamos reclamar la autonomía y trabajamos en comunidad no sabemos que hacer sin las directrices institucionales y muchas de las veces nuestras metodológicas carecen de rigor científico y terminamos apelando a nuestras características agenciales: ser empático, ser amable con las personas, tener una actitud positiva, y casi casi hacer coaching con la gente. Y a veces realmente eso se piensa que es Trabajo Social, pero nunca he creído que podemos encontrar al Trabajo Social definiendo el carácter de las personas que lo ejercen.

Otras veces veía como confundíamos la multi y transdisciplina por querer hacerla de todo, como si fueramos competentes en todas las áreas de conocimiento, y por haber tenido una clase de psicología social, o de teoría económica nos sintieramos lo suficientemente competentes para dar opiniones especializadas. Pero en todo eso me preguntaba: ¿cuál sería realmente una opinión especializada en TS? ¿En qué circunstancia alguien diría: necesitamos la opinión especializada de un TS? Por ahora sólo puedo imaginar a los peritos en TS presentándose ante un juez para dar resolución a un caso. ¿Pero y los que queremos algo que no pertenece a ese ámbito?

Después de años de buscarle tres pies al gato he llegado a algunas conclusiones provisionales sobre lo que podría ser el Trabajo Social. Presento estos puntos esquemáticamente y sin desarrollar ampliamente -por el momento- a modo de reflexión y para poder compartir con quienes lleguen a este texto.

a) El Trabajo Social es una disciplina social de carácter científico.

Una disciplina en este contexto puede ser pensada como una acción repetida, y social e institucionalmente organizada. Particularmente nosotros trabajamos en el ámbito de lo social, lo cual puede ser una trampa, pensar que como todo está atravesado por lo social eso nos da la competencia de meternos en todo. Pero es diferente que todo tenga una dimensión social, a que todo sea social en sí mismo. Y el carácter científico es más compejo de explicar, no es sencillo: tentativamente diré que el carácter científico nos lo da la búsqueda de la objetividad, que se obtiene dando y pidiendo razones argumentativas, a veces inferenciales a veces abductivas de nuestro quehacer. -La verdad es que suena muy rebuscado esto último pero estoy trabajando arduamente en poder explicarlo con mayor detalle en otro trabajo-.

No concuerdo con la idea de que el Trabajo Social tenga que aspirar a ser una ciencia. No es algo que necesitemos para lo que hacemos: intervenir socialmente. No tenemos porque aspirar a algo que no somos, y mucho menos para querer legitimarnos. Las disciplinas son importantes y tienen también su lugar en el mundo científico. Entonces la búsqueda del Trabajo Social no va por su tránsito a la cientificidad. Y por otro lado, como ya mencioné, tampoco vale la pena caracterizarla como un arte: lo acepto como metáfora, pero no como definición.

b) El Trabajo Social tiene una práctica científica concreta: la intervención social

Parecería ya bien sabido esto. Pero creo que a veces obviamos la intervención social. Nos parece tan trivial, que termina invisibilizándose y uno termina viendo trabajos, ensayos, artículos y tesis en donde el Trabajo Social queda invisibilizado. Un caso paradigmático: Los libros de "Epistemología y Trabajo Social", dos tomos coordinados por Martín Castro Guzmán, Julia Chávez y Silvia Vázquez. A mi parecer es un claro ejemplo de cómo el Trabajo Social puede quedar en un segundo plano, incluso un tercer plano y más de una vez como una referencia suelta, como un ejemplo para probar otra cosa. Y esto conlleva a que la práctica concreta del Trabajo Social no se vea reflejada. ¿En qué sentido? En el sentido que al no tener claridad de qué es y cómo pensar el Trabajo Social terminamos por dejarlo en un segundo o tercer plano. Específicamente, en el ejemplo tratado, en el que conceptos como paradigma o modelo no terminan de concretarse argumentativamente en la disciplina.

A mi parecer, entender realmente cómo es que funciona la intervención social puede darnos más pistas de lo que somos. Creo que por eso no somos como otras disciplinas/ciencias que tienen profesionistas que trabajan en lo teórico y en lo experimental por separado. Es difícil concebir un trabajador social que se dedique sólo a lo teórico sin estar involucrado en algún proceso de intervención, aunque sea mínimo.

c) El Trabajo Social no sólo lo define lo que se dice sino lo que se hace.

Muchas veces nuestros discursos sobre el Trabajo Social giran más en torno a lo que debería ser y no a lo que realmente es. Nos hace falta mirar más de cerca que es lo que de hecho hacemos, y sobre todo, cómo es que lo justificamos. ¿Cómo justificamos nuestras intervenciones? Y no solo desde el marco teórico-metodológico, sino en lo epistemológico mediado por instrumentos o en nuestras tareas, actividades, actitudes, posicionamientos, nuestra manera de vivir lo institucional, etc. Por ejemplo: ¿Utilizamos un familiograma sólo porque se vislumbra como un elemento básico del TS según la literatura "clásica" de la profesión o porque es relevante a la intervención que realizamos?

Me parece que es importante entender que muchas cuestiones normativas de la profesión pasan por la manera en la que hemos intervenido, y que los discursos pueden servir para dar razones para justificar esa práctica o para disfrazar sus inconsistencias -y muchas de las veces en nuestra disciplina se da más lo segundo que lo primero-.

Podemos tener muchos discursos sobre la emancipación humana, la liberación, la revolución, el desarrollo humano, el humanismo, la justicia social, los derechos humanos y hay más de donde escoger; pero todos estos discursos se caen o se refuerzan a la luz de la práctica concreta del Trabajo Social. En este entrecruzamiento, creo, confundimos los discursos aspiracionales y los discursos reales de nuestras prácticas concretas, objetivadas. No dudo que esto suceda en todas las disciplinas, sin embargo, creo que hay un recrudecimiento en la nuestra y por ello la dificultad de desentrañar al Trabajo Social real y concreto -con todas sus contradicciones- y un Trabajo Social ideal al que se le atribuyen características de naturaleza muy variada -que se refleja en las definiciones sui generis que a veces uno encuentra sobre la disciplina: técnica, ingeniería social, arte, o disciplina aspirando a ser ciencia-.

***

Y bueno, ¿esto significa que el Trabajo Social no existe y es una idea que existe sólo en nuestras cabezas? Pues evidentemente no. Existe un Trabajo Social, y existen los trabajadores sociales que día con día realizan acciones necesarias para la sociedad, y otras veces también porque no decirlo en perjuicio de la misma. Pero esto no diferencía al Trabajo Social de otras disciplinas.

Me parece que lo que diferencia al Trabajo Social de otras disciplinas es esta práctica científica muy concreta que es la intervención social. Cuando navegamos en ámbitos que nos niegan la posibilidad de intervenir y que más bien nos ponen en una situación de reducirnos a lo operativo, a lo logístico, a la mera gestión o recabar información para una institución entonces -y esto puede doler mucho- no se está haciendo Trabajo Social. Y no es que el Trabajo Social no deba tener un ámbito operativo, logístico, de gestión o de recabar información, sino que la intervención social no se reduce a eso.

Encontrar al Trabajo Social no es tampoco buscarlo en miles de espacios "polifónicos" como podemos encontrarlo en textos como el de Teresa Matus en  "Propuestas Contemporáneas en Trabajo Social: Hacia una intervención polifónica" pues de nuevo me parece que es seguir dando tiros al aire esperando que en uno de esos intentos podamos cazar un ave sin alzar la vista.

Tenemos una práctica científica muy concreta que es la intervención social. Debemos atrevernos a mirarla, a ver qué ideas, que nociones o que premisas albergamos sobre la manera de ser y hacer Trabajo Social. Todo esto está implícito en nuestra manera de intervenir socialmente, pues nuestro gremio no tiene el hábito de la escritura, y muchas otras veces lo emergente e inmediato absorben nuestra atención y olvidamos de hacer explícito lo que hacemos, y dar razones para ello y presentarlas posteriormente a otros colegas. Son pocos quienes se atreven a dar este segundo paso.

¿Entonces qué es el Trabajo Social? La verdad es que ni yo mismo he terminado de entenderlo de todo. Mi apuesta es que quienes tratamos de aportar a esta bella disciplina desde el ámbito epistemológico y desde el ámbito de la búsqueda y definición de lo que es el Trabajo Social nos acerquemos más a lo que realmente se hace, y pongamos en pausa a lo que deberíamos o a lo que quisiéramos llegar a ser.


Cristian Urbalejo Luna


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